Viviendo mi sueño
Había
transcurrido una semana desde lo sucedido en mi anterior relato y estaba
intranquila, sentía que había hecho algo ilegal, algo que estuviera prohibido,
no por el hecho de haberme masturbado, sino por haber fantaseado con el novio
de mi amiga. Me sentía terrible, me quitaba el sueño por las noches, lo cual
terminaba afectando mi rendimiento en las clases, sobre todo en los cursos de
matemática y ciencias. La profesora me preguntó sobre qué era lo que estaba
ocurriendo, ay profesora si usted supiera. Le comenté que no estaba durmiendo
bien estos días y que me perdonara, porque lo último que quisiera es que citara
a mis padres y ellos me hicieran un lío que me pusiera peor de lo que ya
estaba. Cuando me fui a mi asiento, Melissa me preguntó sobre qué era lo que me
estaba pasando, traté de evitar el tema diciéndole que no me pasaba nada, pero
era imposible, me sentía cada vez más presionada y ella se dio cuenta de que
algo andaba mal.
M: ¿Dani que te pasa?
D: No es nada Meli, solo que no he
podido dormir.
M: ¿Por qué?, Puedes contarme y lo sabes.
D: No es algo fácil de decir...
M: Mira en el recreo me cuentas más tranquila,
porque si la profe nos ve conversando te puedo meter en más problemas.
No había opción,
Melissa no iba a estar tranquila hasta que supiera la verdad y cuando se
enterara me iba a odiar. Cuando sonó la campana que indicaba el receso salí con
Melissa al patio y nos sentamos en una de las bancas libres que hay por ahí.
Mientras comíamos nuestra comida iba pensando en cómo se lo iba a explicar, en
que iba a decirle, en como pedirle perdón.
M: Bueno Dani, cuéntame que pasa. -
Había llegado el momento de confesar.
D: No es tan fácil...
M: Daniela eres mi mejor amiga, lo que
sea que haya pasado puedes decírmelo.
Realmente me
tenía atrapada, no había más opción. Comencé a relatarle sobre lo que había
hecho, ella parecía escuchar atentamente mientras yo solo podía mirar hacia abajo
por la vergüenza y el miedo. Cuando terminé de contarle ella no decía nada, me
sentía asustada, así que decidí levantar mi rostro para verla, esperando
encontrar una mirada llena de furia, pero lo que encontré fue un rostro sereno,
como si no le hubiera afectado en nada.
M: Entonces...
D: En verdad lo siento... no sé qué me
pasó, yo quería parar, pero...
M:
Dani. - me interrumpió. - No pasa nada amiga jajaja, no es un pecado fantasear
con alguien, si te soy sincera yo me he masturbado pensando en otros chicos mientras estaba con Jorge.
Eso me
tranquilizó en gran manera, claro que no debía preocuparme, había sido una
fantasía, una imagen mental que apareció en un momento de excitación, pero
luego de procesar por completo lo que me había dicho Melissa me volteé a verla.
D: ¿Acaso dijiste "mientras
estabas"?
M: Sí... "cuando" estaba con
Jorge. Terminamos ayer despues de las clases.
D: Lo siento, no tenía idea...
M:
No te preocupes, no fue una mala ruptura, creo que fue lo mejor y tuvimos una gran despedida.
D: ¿A qué te refieres con eso?
M: Bueno supongo que me toca
confesarte mis pecados.
Melissa empezó a
comentarme sobre cómo fue su ruptura con Jorge, que lo habían conversado en su
casa y ella se notaba triste, por lo que Jorge se acercó para darle un abrazo,
que terminó con un beso y finalmente una última vez antes de terminar definitivamente.
Había quedado sorprendida, sentía mi cara roja imaginando todo lo que habían
hecho, y ahora una nueva sensación que no se hacía presente desde que me había
tocado por primera vez.
M: ¿Qué piensas?
D: ¿Qué? - Me había tomado de sorpresa.
M: Jajaja, ¿estabas imaginándolo no?
D: Ayyy cállate jajaja.
M: Jajaja, no te culpo. Creo que fui
muy explicita en los detalles.
D:
Demasiado jajaja. - Me sentía tranquila ahora, ambas conocíamos nuestros secretos
más íntimos y nuestra amistad no se había visto afectada por ello.
M:
Pero hay algo que quisiera saber jajaja, ¿Te has vuelto a tocar pensando en él?
D: No, desde esa noche no me he vuelto
a tocar, ¿Por qué la pregunta?
M: Tenía curiosidad, aunque no te
culparía si algo así llegara a pasar.
D: ¿A qué te refieres? - Estaba algo
confundida.
M:
Pues como ya no estoy con Jorge estoy segura que él no perderá el tiempo y se
tirará a todas las chicas que pueda. No me importa la verdad, de hecho, ya
tengo el ojo puesto en alguien.
D: Claro pero, ¿Que tiene eso que ver?
M:
Pues que pronto tu experimentarás más cosas, y si alguna sucediera con él no me
molestaría, de hecho hasta te lo recomendaría jajaja. Es muy bueno en lo que
hace y podrás llevarte buenas experiencias además...
D:
A ver A ver, ¿estás diciendo que lo haga con Jorge? Mira me masturbé una vez
pensando en él, lo admito, pero eso no significa que quiera seguir
experimentando, menos con el ex de mi mejor amiga. - Estaba algo molesta e
indignada.
M:
Cálmate y no hagas tanto alboroto, nos pueden escuchar. - Trató de calmarme
para que no alzara tanto la voz y que alguien escuchara sobre el tema. - No te
digo que lo hagas necesariamente con él, solo que lo tengas en cuenta por si
alguna vez sientes la necesidad de experimentar algo.
D:
Gracias pero creo que mejor no seguimos conversando de esto, me incomoda.
M: Dani no te pongas...- Sonó el
timbre que señalaba el fin del receso.
D: Hay que volver a clases.- Dije de
manera seria y firme.
Transcurrió el
resto del día con normalidad, salvo que no quería hablar con Melissa, seguía
molesta con lo que había insinuado sobre tener algo con Jorge, pero cuando
se asomaba mi
enojo también lo hacía mi curiosidad y eso me molestaba más. Me dirigí a mi
casa y al llegar no encontré a nadie, dejé mis cosas en el suelo y me fui
directamente a mi
cuarto a tirarme sobre mi cama, estaba demasiado cansada, pero algo incomoda,
así que decidí que mejor me ponía mi pijama. Mientras me desnudaba los recuerdos
de aquella vez volvieron a mi mente y un escalofrío recorrió mi espalda. Me
encontraba en ropa interior, no había nadie en la casa, pensaba mientras mi mano
se dirigía hacia mis bragas, me recosté y cerré mis ojos mientras mis manos se
encargaban de repetir los movimientos de la anterior vez, sentía como mi cuerpo
se iba calentando cada vez más y justo cuando iba a meter mi mano bajo mis
bragas escuchó la puerta de la calle abrirse, acababa de llegar mi mamá. Rápidamente
salté de mi cama a ponerme el pijama y cubrir mi desnudez, para cuando ya
estaba vestida escucho a mi madre.
MM: Daniela ven ayúdame a servir la
cena.
D: ¡Ya voy!
Al salir del
cuarto estaba temblando no solo del miedo sino de las ganas que estaban aún
presentes, era algo fastidioso ya que me tenían nerviosa y distraída.
MM: ¿Que tienes?
D: No nada, fue un día largo es todo.
- Y era verdad, había sido un largo día.
MM: ¿Mañana tienes taller de arte
verdad?
D:
Ah, sí. - Teníamos algunas actividades extracurriculares, me hubiera metido en música,
pero los cupos se llenaron, así que terminé en artes visuales.
Los talleres extracurriculares
eran actividades opcionales en las que te podías inscribir al iniciar la
secundaria, como Jorge era el enamorado de Melissa lo convenció de cambiarse al
taller de arte para que pasaran más tiempo juntos, cosa que no funcionó ya que
ella renunció al taller a los 2 meses, sin embargo, Jorge se quedó porque sus
papás le gritarían por hacer ese cambio por nada.
MM:
Entonces le avisaré a tu papá que vaya a recogerte, esos talleres terminan
demasiado tarde y es peligroso.
D: Esta bien.
Luego de cenar
estaba demasiado cansada, así que después de cenar me fui a mi cama y caí
dormida profundamente. A la mañana siguiente me desperté y me fui a duchar. Mientras
lavaba mi cuerpo las caricias se sentían diferentes, mi cuerpo seguía sensible,
cuando me enjabonaba recorría mi cuerpo para volver a tener ese pequeño placer
que se incrementaba con la sensación del agua cayendo. Dirigí mi mano a mi coño
y empecé a acariciarme lentamente.
D:
Ufff.- Mis suspiros quedaban enmudecidos por el sonido del agua, pero aun así
trataba de mantener el control.
D: Hmmmm…Uffff.
Sentía cada vez
más placer, empezaba a acelerar mis caricias cuando...
PP:
Daniela date prisa, vamos a llegar tarde. - Mi padre tocaba la puerta del baño
lo cual interrumpió de golpe mi sesión y una vez más no pude concluir, terminé
de ducharme y me sentía una vez más ansiosa por el corte del placer.
No podía
continuar en esos momentos porque volverían a interrumpir, así que tendría que
esperar hasta la noche para hacerlo, eso me molestó, pero no tenía más opción,
así que me vestí y me alisté para ir al colegio. El día y las clases fueron
largas, sobre todo porque no le había dirigido la palabra a Melissa desde lo de
ayer, llegó la última clase y se me acercó.
M: ¿Dani nos vamos juntas?
D: Hoy no, tengo taller de arte.
M: ¿Podemos hablar antes de que te
vayas?
D: ¿Sobre qué?
M:
Quería disculparme, creo que me pasé de la raya ayer. - Vi su cara y en verdad
parecía sentirlo.
D:
No te preocupes... Solo me agarraste de sorpresa y estaba confundida. Perdón
por ponerme tan a la defensiva contigo.
M:
Gracias Dani. - Su ánimo había mejorado y yo tambien estaba en paz por arreglar
las cosas con ella, pero en eso volvió aquella imagen a la cabeza.
D: Bueno, me tengo que ir. Hablamos
mañana.
M: Okis, byee.
Cuando se fue me
dirigí al salón del taller de arte, habían tres largas mesas para poder
sentarse varias personas y con espacio suficiente para cada uno, en el salón
se encontraban el
profesor y un grupo de chicos de grados mayores, entre ellos Jorge, hablaba de
vez en cuando con él, éramos amigos y nos bromeábamos con muchas cosas, así que
nos teníamos confianza. pero esa tarde fue diferente, me senté y me quedé
observando como hablaba con sus amigos, tenía la vista perdida en él imaginando
como sería su cuerpo desnudo, sus brazos no tan delgados pero fuertes que me
dejaron embobada y no me hizo dar cuenta que él también me observaba.
Rápidamente desvié la mirada tratando de controlarme y despejar mi cabeza de
todo lo que pensaba, mientras él se acercaba y se sentaba a mi costado para
poder hablarme.
J: Hola Dani.
D: Hola Jorge, ¿Cómo estás?
J: Ahí, supongo que Melissa ya te
habrá contado.
D: Pues sí, lo siento por ustedes,
hacían bonita pareja.
J:
Jaja, pues sí pero que se le va a hacer, de todas maneras, terminamos bien ¿No crees?
Quedé perpleja
con esa pregunta, su cara esbozaba una leve sonrisa mientras sacaba las cosas
que necesitaba para la clase, no sabía que responder, por lo que decidí darle
una respuesta que le hiciera pensar que no sabía a lo que se refería.
D:
Pues sí, que bueno que, aunque hayan terminado sigan siendo amigos. - Respondí
lo más tranquila que pude.
J:
Jajaja, sí que bueno la verdad. - Estaba más tranquila ahora que había logrado
esquivar esa bala.
P:
Chicos por favor saquen su material. - Dijo el profesor en voz alta que
indicaba el inicio de la clase.
Mientras sacaba
mis cosas de la mochila Jorge se acercó a mi oído para susurrarme algo.
J:
"Pero ambos sabemos que no me refería a eso”. - Me volteé asustada y
nerviosa mientras él sonreía de oreja a oreja.
En toda la hora
del taller no cruzamos palabra, más que para pedirnos prestados algunos útiles,
que en cada intercambio él aprovechaba para darle una suave caricia a mis
manos, que me ocasionaban escalofríos y descargas que me ruborizaban. Sentía
como mi entrepierna se calentaba cada vez más, no podía esperar a volver a casa
y terminar mi interrumpida sesión de placer, mientras pensaba eso vi como el
profesor se acercaba a mi sitio para comentarme algo.
P:
Daniela, tu papá acaba de llamar, dice que te recogerá un poco tarde por temas
de su trabajo, así que tendrás que esperarlo. - Odié todo en ese momento,
tendría que esperar más para volver a casa, quería gritar de cólera en esos momentos.
- Me podré quedar un rato contigo, pero luego tengo que ir a una reunión de
maestros.
J: No se preocupe profe, yo la
acompaño mientras hasta que llegue su papá.
P: Muchas gracias muchacho, entonces
quedamos así.
No me hacía mucha
ilusión quedarme a solas con Jorge, pero al menos podría aclarar las cosas de
una vez. Así que cuando terminó la clase nos quedamos los tres en el salón,
hasta que el profesor tuvo que irse indicándonos que cerráramos la puerta al
salir y dejáramos la llave en la recepción de la entrada del colegio. Tras eso
nos
quedamos solos en
el salón y Jorge empezó la conversación.
J: Bueno Dani, que quieres hacer
mientras esperamos.
D: Quería aclarar algunas cosas
honestamente.
J: ¿Como cuáles? - Preguntó mientras
se subía a una de las mesas.
D:
¿A qué te referías con lo que me susurraste? - Traté de seguir fingiendo que no
conocía ningún detalle.
J: Jajaja, ay Dani, bien que sabes.
D: Enserio, no sé de qué estás hablando.
- Seguía en negativa.
En eso se baja de
la mesa y se acerca lentamente hacia mí, hasta quedar a pocos centímetros de
distancia, se puso a acomodar mi cabello con su mano de manera muy gentil.
J:
¿Enserio quieres que te crea que Meli no te dijo nada? - Lo decía mientras su
mano acariciaba mis mejillas, mi respiración se hacía cada vez más pesada y mi
mente empezaba a nublarse.
D:
Me... me dijo que lo hicieron.- Jorge sonrió mientras deslizaba su mano hacia
mi cuello, lo que me hizo soltar un pequeño suspiro.
J: Vaya Daniela, no sabía que eras
sensible aquí.
D:
No... sé... No sé de qué hablas. - Trataba de hablar normal, pero mis suspiros
me ganaban y su tacto me calentaba cada vez más.
J:
"Déjame mostrarte”. - Susurró a mi oído, para después acercar sus labios a
mi cuello y darme pequeños besos.
D: Ahhhh... uffff... nono... ufff... Jorge no podemos. -Trataba de zafarme, pero no podía, no quería.
Empezó a jalarme hacia
él mientras acariciaba mi cuerpo suavemente, mis pechos, mi cintura, mi culo;
sentía un placer mayor al que tenía cuando me masturbé. Llegamos hasta una de
las mesas, donde me sentó y besó mis labios, para luego bajar por mi cuello
hasta llegar a mis pechos, en este punto ya no oponía resistencia, solo me dejaba
llevar por sus caricias y el placer que me embargaba.
D:
Uffff...- Suspiraba del placer, mientras sus manos se metían bajo mi falda,
acariciando mis piernas y sus labios en mi cuello.
J:
¿Alguna vez te has masturbado Dani? - Preguntaba mientras abría mi blusa, para
dejar mis senos descubiertos, tapados únicamente por el sujetador.
D:
Ahhh... Solo una... uffff... vez.- Trataba de hablar pero no podía, entre mis
suspiros y sus besos, hablar era imposible. Jorge parecía estar disfrutando
como me tenía completamente a su merced.
J:
Entonces yo te enseñaré más sobre los placeres, recuéstate. - Me tumbó despacio
sobre la mesa y se acercó a besarme, mientras su mano bajaba por todo mi cuerpo
hasta llegar a mis bragas, donde empezó a masturbarme suavemente sobre la tela.
D: Hmmmm...ahmmmm. - Trataba de callar
mis gemidos.
J:
Quiero oírte gemir, puedes hacerlo, ufff, nadie te escuchará. - Decía mientras
iba colocando cierta presión a sus dedos.
D:
Ahhhh... Hmmmm... Que...Bien... Haces...- Gemía un poco más alto, aún con miedo
a que me escuchen.
J: ¿Te gusta lo que hago?
D:
Uffff... síííí... Ahhhh.- Jorge hizo a un costado mis bragas para poder tocar
directamente mi coño.- AHHHHH MASSSS.
J:
Que rica te ves así Dani, tus gemidos son mejores que los de Meli. - Esas
palabras tan morbosas, solo me calentaban más. - Mira lo mojada que estás. -
Acercó sus dedos y me hizo probarlos, tenían un sabor extraño, pero delicioso.
D: No pares... Ahhhh... Por favor...
J: No te preocupes mi niña, haré que
te sientas mejor ahora.
Jorge metió un
poco sus dedos, al inicio dolió un poco, pero con lo mojada que estaba el dolor
pronto se convirtió en más placer, iba acelerando sus dedos, sentía que me mojaba
cada vez más, ya no podía controlar mi voz.
D: AHHHH.... AHHHHHHHHH... HMMMMM...
SÍÍÍÍÍ
J: Córrete mi niña... Ahhhh...Ahhhh
D:
AHHHHHHH. - Una explosión de placer inundó todo mi ser, arquee mi espalda hacia
arriba, mientras sentía todo mi cuerpo temblar, mi respiración estaba muy
agitada y mis piernas mojadas. No había tenido un squirt, pero me había mojado
mucho.
Jorge me ayudó a
sentarme en la mesa y me dio un beso corto, me acomodé bien la ropa, mientras
pensaba en lo que había hecho, no lo podía creer, a pesar de decirle a
Melissa que no lo
haría me dejé llevar por el momento y la calentura, me levanté de la mesa con
mucha dificultad, porque me seguían temblando las piernas, y solo podía mirar
al piso por la vergüenza.
D: Jorge... lo que pasó hoy...
J:
No te preocupes, no se lo contaré a nadie. - Me dijo mientras salíamos del salón.
- Pero quiero que me respondas algo, ¿Te gustó?
D: Sí la verdad, pero...- No pude
terminar de hablar porque me besó los labios.
J:
Pronto te enseñaré más cosas, ¿Querrás? - La pregunta me tenía curiosa, sí me
gustaría probar, lo había pasado demasiado bien, pero por otro lado me sentía
extraña, como si estuviera haciendo algo mal. Pero quería conocer más.
D:
Solo si prometes no contarle a nadie.- Jorge esbozó una sonrisa de
satisfacción.- Claro que sí mi niña, será nuestro secreto.
Tras eso nos fuimos
a dejar la llave con la encargada y vimos que mi papá estaba llegando para
recogerme, le dije adiós y me subí al auto.
PP: Hola hija, ¿Que tal estuvo todo?
D:
Hola papá, de maravilla. - Dije con una pequeña sonrisa mientras pensaba en lo
sucedido, ya no tenía tanto apuro de llegar a casa, ese problema había sido
solucionado de la mejor manera.
Hasta aquí mi
tercer relato, este es un poco más largo que los demás, porque quise que vieran
las etapas que pasé y tambien los eventos que me llevaron a entregarme
a Jorge. Suelo
ser muy detallista con todas estas cosas para que ustedes tambien puedan
experimentarlas en cierto sentido y sentirse más cercanos a mí. Espero me sigan
apoyando y como siempre pueden escribirme a mi correo para darme sus opiniones
o críticas. Los veo la próxima semana, besosss.
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